23 sept 2010

Algunas consideraciones sobre la huelga general


Los sindicatos, como estructura, son un engranaje del sistema, un mecanismo de control y desactivación de la conflictividad laboral (sí amigos, la lucha de clases no ha muerto, sólo anda dormida) hasta aquí nada nuevo. Que Méndez y Toxo son en el mejor de los casos tontos útiles tampoco es ningún descubrimiento como que entre los cuadros sindicales y liberados hay mucho caradura y más de un vendido.

Ahora bien, esto no puede servir para justificar ciertas cosas, so pena de entregarnos no ya vencidos y desarmados, sino atados de pies y manos. No olvidemos que si UGT y CCOO han convocado esta huelga también se debe a que tienen miles de afiliados que no serán revolucionarios, pero tampoco son tontos de baba.

Aclaremos, pues, algunos puntos:

-El ataque contra los sindicatos y en el caso de la Comunidad de Madrid contra los liberados no es un intento de mejorarlos, sino de destruirlos, porque lo harán todo lo mal que queramos, pero los empresarios y los políticos serían más felices sin ellos... Todavía conozco algún trabajador que ha ganado un conflicto laboral gracias a ellos.

-Su colaboracionismo, como dijimos es evidente, como su pasividad ante hechos sangrantes, ejemplo: Gregal, en Torre-Pacheco, ahora no olvidemos que es imposible ayudar a quien no quiere dejarse, ejemplo: las trabajadoras de Gregal.

-La huelga general no es ni un concurso de popularidad de Méndez y Toxo, ni un acto revolucionario, su fracaso o triunfo lo será de los sindicatos, pero sobre todo de los trabajadores. Esta bien, admito que los trabajadores pierden (con su connivencia) tras cada simulacro de democracia (también llamado elecciones) pero no es lo mismo jugar con unas reglas que con otras.

-El triunfo será pequeñito, ínfimo, casi imperceptible. Si Zapatero tiene que comerse su reforma laboral como se la comió Aznar en 2002 el mercado laboral seguirá siendo terrible y estaremos igual de lejos de hacer la revolución; pero el fracaso será terrible, estrepitoso: más precariedad, mas miedo, más sumisión... (y mirad que de esas cosas ya vamos sobrados).

-La batalla ideológica la estamos perdiendo hasta las últimas consecuencias, los funcionarios (como los sindicalistas) son muy criticables pero de forma personal, no estructural. Son servidores públicos y debemos exigir y reivindicar con todas nuestras fuerzas que hagan bien su trabajo, pero no podemos señalarlos como enemigos o una lacra para la sociedad, como decía Isaac Rosa caen chuzos de punta y en vez de escandalizarnos porque nos quitaron los paraguas, señalamos iracundos a quienes aún los tienen.

-Si eres consciente de lo que significa la reforma laboral y aún así no apoyarás la huelga general hay tres posibilidades:

  1. Que seas un cobarde, no puedo culparte, te entiendo, pero si no te despiden ahora lo harán más tarde, en cuanto levantes la voz y les resultará más fácil y barato (también puedes ser un esclavo obediente toda tu vida).

  2. Que seas un cínico o un indolente, también te entiendo, el día 30 pensarás que somos un país de borregos, que al menos los griegos o los franceses son capaces de plantar cara a sus gobiernos, cuéntate entre el rebaño y no vuelvas a quejarte.

  3. Que seas un sinvergüenza con esperanzas de hacerte rico imitando a Díaz Ferrán, sigue soñando...

Probablemente pensarás que es fácil para mi decir esto, estoy en paro, no tengo que enfrentarme a mi empleador, es cierto, lo he pensado y me ha costado escribir esto... Busco trabajo y estoy seguro de que antes de contratarme cualquier empresario o director de recursos humanos tecleará mi nombre en Google.

¡Viva la libertad de expresión! ¡Viva la CEOE!

FDO.

Raúl Travé Molero

1 comentario:

David (el que dice lo que piensa) dijo...

Pues yo estoy de mas o menos de acuerdo con Raúl, aunque se le ha olvidado recordar lo chupopteros que son tochito y Méndez, ya podrían aprender de Marcelino Camacho, que a mi, me parecía honrado.

Saludos

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