19 jun 2012

Don Miguel de Cervantes.


En la ciudad de Murcia don Miguel de Cervantes se juega los cuartos de la educación de sus hijos al lado de San Basilio. La señora ** edil de educación en el Excelentísimo Ayuntamiento de Murcia acude a sus citas periódicas con don Miguel, la cuestión es que en el futuro medio cuando alguien pierda dos dedos y no tenga seguro médico también será cervantino. Tras el leve impulso necesario para sobrevolar opiniones en diferentes idiomas se recorre apaciblemente la acera de las moreras, árbol que recuerda el pasado murciano, una crisis tal que las señoras de la ciudad tuvieron que ponerse a hilar seda a mano. La concejalía del Ayuntamiento debe estar siempre con el oído puesto en la gente de la calle y don Miguel si es alguien, es un hombre de la calle.
La vida del Ayuntamiento es más rápida lo cual produce un desfalco en favor de lo común. Ello no deja de ser contradictorio si comparamos la vida y obra de don Miguel de Cervantes, es decir, sus pensamientos acerca de como el filólogo Nietzsche tuvo el valor de traducir la expresión de una tragedia española que reza “envidia longeva” por “the queen of the commonwealth builded a royal channel under the crossgun bridge located in Phipsborough town, just to let funerals pass by”. Para colmo esos actos se realizan en ese lugar que no llega a cinco casas.
Las comisiones previas al pleno son vertiginosas, lo cual demuestra que los políticos trabajan. La señora o señor edil titular se elevan sobre el conjunto y ahí comienza la distorsión. Deben escuchar no a los propios, no al resto de ediles, no a la gente sino a la santísima trinidad. Es decir, ellos mismos en la poltrona, sus colegas y la gente. Ester no puede creer lo que ve, lo que ve funciona tristemente.
Las horas presentes van a estar dedicadas a la idea de que todos los niños vayan a un buen colegio. Sin embargo, pese a poseer las instituciones y los medios la ejecución se distorsiona. En realidad es demasiado controvertido dejar que los hijos de Don Miguel de Cervantes vayan al colegio. Ahora sabemos que don Miguel de Cervantes está vivo, que Alonso Quijano no existió y que no sabemos donde se perdió el amado Sancho, el que en su vida real fue rey Visigodo. Por consiguiente los murcianos no podemos pagar con el pan nuestro los libros de los súbditos de una aragonesa y un leones. Todo el mundo ha visto lo que sucedió en África y no estamos para derroches.
Las habitaciones dispuestas para las comisiones son muy cuadradas y acomodaticias, a excepción echa de un virus de arquitectos que pulula no sólo en la capital sino en toda la Región, todo es perfecto. Un edil comienza a excitarse y dispara: “Lo importante es que no haya más cables que papeles encima de los pupitres” Y la presidencia responde: “Queremos desvelar una realidad en la que los individuos aprendan a leer y no perdernos en tópicos hueros como los relativos a la belleza del retrato de Copérnico”. Es cierto, es cierto, lo importante es la inspiración de los movimientos de marte.
A continuación bajamos al nivel en el que uno se la juega de verdad. Irrumpe en la sala la influencia de la educación para la ciudadanía y la algazara toma el poder. La presidencia erguida parece una cúspide al revelar “Yo lo quiero es que quede clara la idea de la educación para la ciudadanía: Los homosexuales son almas libres pero también buenas personas. La situación está delicada pero no apocalíptica... Pero, ¿no es cierto que en Cartagena los niños y las niñas nacen sabiendo nadar?... Debo admitir que lo que usted apunta tiene fundamento, por consiguiente concentremos a los niños en limpiar el río Segura y que dejen ya de soñar con un puerto de mar.
Nadie sabe ¿por qué? Juan, David, Ginés, Nerea y Guillermo permanecen sentados y callados frente a las unísonas imágenes del televisor tantas horas. Ellos son conscientes de que tanto no es bueno si no explicamos que los de los pies más rápidos de la selva aguardan impasibles su momento.

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