Es lo que hay. Uno se levanta un domingo, abre los ojos y está en Águilas, en la casa de una desconocida. Poco a poco te vas centrando y caes en la cuenta de que ayer estuviste en la segunda noche del Festival Espantapitas y tus sentidos se van adaptando, de nuevo, a la vida real mientras vas recordando cosas. Te acuerdas de por qué estás donde estás, de lo que hiciste ayer, incluso de alguno de los grupos que viste (me cago en SFDK). Al rato, vuelves a recordar con indignación como el Trutxo consiguió que se nos hiciera de día con su puñetera tienda de campaña. Inenarrable.
El caso es que después de un fin de semana cojonudo donde le vi la cara a mucha gente de la que había oído hablar pero no conocía. Sé que lo mismo les pasó a ellos conmigo. Digo, que después de un muy buen fin de semana, parece una trampa del tiempo, una broma de mal gusto encontrarme otra vez delante del ordenador, en el curro. ¡Estoy de nuevo en Madrid y el horizonte es currar como un cabrón hasta que el calendario me de algún respiro!
A pesar de estar aturdido por el momento he vuelto a las andadas. -Sí, sí, mucho quejarte del curro pero ahí estás otra vez ocupando tus horas laborales en escribir en el blog- se me podría reprochar. Pero qué sería de mí si no fuera por estos momentos.
El caso es que me he decidido a hacer balance de esto que hacemos, de este pie izquierdo, que no es mío, ni vuestro, sino nuestro. Después de un periodo vacacional. Después de que la actividad haya estado centrada en el ascenso al estrellato de La Troupe, gracias al More que nos ha informado puntualmente. Ahora toca quitarse las legañas y seguir contándonos, los unos a los otros, cosillas. Una de ellas podría ser, precisamente, que alguien explicara para los que no vamos a poder asistir, lo que suceda en el Jimenado el jueves. Ya sabéis que La Troupe, después de juntarse con Pedro Ángel para hacer una obra de teatro que estuvo genial, vuelve a las andadas y el More prometió sorpresas.
La historia es la siguiente: 9-M. Habrá que echar el voto en la urna (o no, diría el Kojuelo). Tampoco vendría mal arrimar un poquillo el hombro con los de IU de Torre Pacheco, que ser de IU y de Torre Pacheco tiene mérito. Es como esquiar en el Sahara, todo son dificultades y nadie te hace ni caso. El caso es que allí estabamos el Trave, el Kopi y servidor con los pesos pesados, Miguel Ángel, Carmelo, Mario también andaba por ahí. Recuerdo que fue una tarde agradable, una conversación amena, con gente interesante y que habla tú mismo idioma. De vez en cuando se arrimaba algún sociata a hacerte la rosca. Vamos, cada uno en su papel. Los del PP ya empezaban a tener dolor de cuello de mirar a los demás por encima del hombro. Lo de siempre.
Y llegó el recuento, y los datos de todo el país, y los trágicos datos de Pacheco. Y, aunque tratabamos de evitarlo, se nos iba quedando una cara tontos bastante importante. Aunque se esperaban datos malos Llamazares y sus acolitos consiguieron que fueran todavía peor de lo esperado.
De esa cara de tontos, de esa perplejidad, de la necesidad de encontrar a más gente que hablara nuestro idioma y se interesara un poco por lo que nos rodea, por lo que pasa por ahí, incluso de la necesidad de contar lo que sentimos, lo que escribimos bajo el flexo de nuestra habitación, nació esto. Sin más. Y, a partir de ahí, después de barajar un par de nombres, el Butxon, el Kopi y servidor empezamos a dar la brasa con este blog, y al final, somos unos cuantos los que escribimos aquí. Otros tantos los que leén lo que se cuenta en el blos y, ¿por qué no?, todavía pueden ser más. Parece mentira pero ya son casi seis meses lo que esto lleva rodando y no ha sido, para nada, mala la regularidad con la que se ha escrito y, desde mi humilde opinión, algunas de las cosas escritas han sido bastante interesantes. No hay más que hacer un repaso por los archivos del blog para ver que no fue mala idea. Que valió la pena ponerse en marcha y que sería una tontería dejarlo.
Por último, recordar e implorar a todo aquel que esté interesado en escribir cosas que hable conmigo, con el Kopi, con el Trave, con el Kojuelo, con el Moreno, con cualquiera de los que ahora escribimos para que le mande una invitación. Es muy sencillito.
Un saludo a todos,
LORCA
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