16 abr 2009
RASD
(Fuente imagen: Garitaroja)
Con frecuencia olvidamos que España, como otros países al norte del Sahara, no sólo trata con irresponsable indiferencia la lucha del pueblo saharaui: también alimenta con ánimo de lucro el constante rearme del ejército ocupante marroquí.
Las habituales violaciones de los derechos humanos en los territorios ocupados tampoco parecen calar en el resto de conciencias europeas y la UE copatrocina con Marruecos el expolio de los recursos pesqueros y de fosfatos de los saharauis.
Mientras tanto, la ONU tiende a aplazar indefinida y torpemente su compromiso de garantizar la celebración de un referéndum de autodeterminación.
Un muro marroquí de vergüenza, vigilado por más de mil soldados y sembrado de minas antipersonales, se yergue a lo largo de 2.720 Km. del territorio saharaui. La semana pasada, durante una marcha que se celebra anualmente por el fin de la ocupación, estalló una de esas minas hiriendo a jóvenes saharauis, a uno de ellos hubo que amputarle una pierna. Casi nadie se enteró.
Debemos poner fin a esta indolencia negligente. Debemos exigir al gobierno español el fin de la venta de armas a Marruecos. Debemos reclamar la responsabilidad de la comunidad internacional para acabar con la tragedia de este pueblo que dura ya demasiadas décadas.
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