Hace un tiempo, en la web de Roldán existe la concejala te Torre Pacheco, Araceli (uoooh uooohh), nos decía que no deberíamos prestar atención a las calles y plazas en honor al franco y a sus secuaces, que los que vivieron en sus carnes la Guerra Civil y el franquismo ya lo habían olvidado y bla bla bla… Seguro que, como a los de su partido, se la pela la memoria histórica y cuantos quedan aun enterrados a saber donde.
He encontrado un libro bastante interesante, que nos habla de la importancia de la historia y de su enseñanza, tanto en la formación ideológica como política de la sociedad. Llama la atención sobre el peligro que supondría un debilitamiento de la enseñanza de la historia.
El autor es Julio Valdeón Baruque y es catedrático de Historia Medieval en la Universidad de Valladolid. El libro se titula “En defensa de la historia”.
“¿Es necesaria la enseñanza de la historia? Es necesaria la enseñanza de la historia sencillamente porque es necesaria la historia. El ser humano, cuyo rasgo definitorio por excelencia es su carácter histórico, su condición de eslabón de una cadena que viene de atrás y que se encamina hacia el futuro, no puede prescindir de la historia si no quiere ver borrada su propia personalidad. Tanto el hombre, a título individual, como los pueblos, desde un punto de vista de colectividad, se preguntan por sus raíces, pretenden conocer cuál es su posición específica en ese largo proceso del discurrir histórico, intentan, en definitiva, escudriñar su pasado para mejor entender su presente. Y es que entre el pasado y el futuro hay una mutua interconexión, una compleja relación dialéctica. De ahí que preservar la memoria de su historia haya sido una constante de todas las colectividades humanas. La historia, al fin y al cabo, es en cierta manera, el territorio del hombre.”
“Hablando de la guerra civil española que estalló en 1936, decía recientemente Gabriel Cardona que su estudio es necesario aunque sólo sea para los españoles no repitan nuevamente semejante catástrofe. La historia <> sigue teniendo vigencia. Pero aunque esa faceta fuera ineficaz (recordando el proverbio de que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra), el estudio de la historia no quedaría por ello debilitado. Antes al contrario, las tareas que le incumben a la historia son fundamentales para toda la sociedad. La historia satisface el deseo humano de conocerse a sí mismo y contribuye al descubrimiento de las regularidades de la vida social, pero sobre todo desempeña un papel transcendental desde el punto de vista educativo”.
“La conocida afirmación de que toda clase de historia es un panfleto, de derechas o de izquierdas, al margen de su discutible veracidad, encierra la idea de que la historia puede servir tanto a los señores como a los esclavos. La historia que se enseñó en España a partir de 1939 servía los propósitos del nacional-catolicismo imperante. En la lucha por la recuperación de la democracia en España no puede olvidarse el papel jugado por numerosos profesores de historia que entendieron que la enseñanza de su disciplina era un arma de combate por la racionalidad y la libertad”.
Bueno, perdonen la paliza, pero es que tenía ganas de ponerlo, que a más de uno le vendrá bien leerlo. Y si a alguno le apetece leerlo todo yo os lo paso.
He encontrado un libro bastante interesante, que nos habla de la importancia de la historia y de su enseñanza, tanto en la formación ideológica como política de la sociedad. Llama la atención sobre el peligro que supondría un debilitamiento de la enseñanza de la historia.
El autor es Julio Valdeón Baruque y es catedrático de Historia Medieval en la Universidad de Valladolid. El libro se titula “En defensa de la historia”.
“¿Es necesaria la enseñanza de la historia? Es necesaria la enseñanza de la historia sencillamente porque es necesaria la historia. El ser humano, cuyo rasgo definitorio por excelencia es su carácter histórico, su condición de eslabón de una cadena que viene de atrás y que se encamina hacia el futuro, no puede prescindir de la historia si no quiere ver borrada su propia personalidad. Tanto el hombre, a título individual, como los pueblos, desde un punto de vista de colectividad, se preguntan por sus raíces, pretenden conocer cuál es su posición específica en ese largo proceso del discurrir histórico, intentan, en definitiva, escudriñar su pasado para mejor entender su presente. Y es que entre el pasado y el futuro hay una mutua interconexión, una compleja relación dialéctica. De ahí que preservar la memoria de su historia haya sido una constante de todas las colectividades humanas. La historia, al fin y al cabo, es en cierta manera, el territorio del hombre.”
“Hablando de la guerra civil española que estalló en 1936, decía recientemente Gabriel Cardona que su estudio es necesario aunque sólo sea para los españoles no repitan nuevamente semejante catástrofe. La historia <
“La conocida afirmación de que toda clase de historia es un panfleto, de derechas o de izquierdas, al margen de su discutible veracidad, encierra la idea de que la historia puede servir tanto a los señores como a los esclavos. La historia que se enseñó en España a partir de 1939 servía los propósitos del nacional-catolicismo imperante. En la lucha por la recuperación de la democracia en España no puede olvidarse el papel jugado por numerosos profesores de historia que entendieron que la enseñanza de su disciplina era un arma de combate por la racionalidad y la libertad”.
Bueno, perdonen la paliza, pero es que tenía ganas de ponerlo, que a más de uno le vendrá bien leerlo. Y si a alguno le apetece leerlo todo yo os lo paso.
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