Pretendía escribir este artículo con sutileza pero ni me veo capaz ni me sale de dentro. ¿Quién cojones se ha creido que es ese señor?. ¿Por qué lo tenemos que aguantar?.
Regordete, de frente pronunciada e incuestionablemente cabezón, cada mañana se levanta al son del Himno Nacional, reza un rosario, y se va al curro (ja, ja, ja, al curro). Por la tarde, ahora que es temporada, no se pierde una corrida de toros, en su vida todo es muy español, faltaría más. Sus amigos periodistas le harán una entrevista, como cada día, y le agradecerán su claridad y moderación en todas sus intervenciones. Dirán de él que es un hombre de estado, un gran político. Como todo el mundo, tiene sus pequeños secretillos. Uno de ellos que nadie conoce es que por la noche para ponerse a tono y cumplir con su mujer nuestro amigo tiene un truco que sólo funciona con él pero que nunca le falla. Después de cenar, se coloca delante de la tele y se pone todos los desfiles de la Fuerzas Armadas de los últimos 10 años. Cuando, exaltado con tanta marcialidad y tal cantidad de banderas ondeando al viento (banderas egpañolas claro), ya está brutote, brutote, se va corriendo pal cuarto y se comporta como un auténtico español con la parienta.
Sólo me apena no poder compartir con este albaceteño de pura cepa ningún partido de la selección. Ya lo estoy viendo, con la cara pintada con los colores de la enseña nacional, gritando con los goles de la roja, ¡Vamos Egggggggggggggpaña!.
De él sabemos que como político se destaca por ser profundamente constitucionalista. ¡Qué tio más constitucionalista!. Nunca ví una cosa igual. Yo creo que cuando era pequeño, estaban los papis constituicionalistas cocinando la Carta Magna y el pequeño Pepe andaba por ahí y como es un poco torpón tropezó, con tan mala suerte que se cayó dentro de la olla y, desde entonces, cada vez que alguien habla mal de la Constitución o de la Transición se transforma y el texto del 78 se hace carne en él y a su alrededor todo coge un olor a constitución que apesta. Entonces, las 's' comeinzan a convertirse en largas 'ggggg' y hace unos discursos tan legales, tan legales, que nadie se atreve a contravenir las normas.
Sólo en un país como España se permitiría que un ser tan indigno como Pegpe Bono, Presidente del Congreso por un partido que en su nombre lleva la palabra socialista y que en tiempos fue Repúblicano, se atreva a dar lecciones a un represaliado por un dictador tirano. Sí, sí, tirano. El que torturo y maltrató a todos los que soñaban, no sólo con una España mejor, sino con una sociedad más libre e igual.
Es que me toca los cojones que en medio de un homenaje a las víctimas del franquismo. En un homenaje de esos que se hacen de tapadillo y en el que unos cuantos viejecitos a los que nuestra historia ha olvidado. Los únicos que de verdad no han destapado el tarro del odio y se han tragado todo su orgullo y todo el dolor que les produjo ser valientes y luchar contra Franco. Decía que me TOCA LOS COJONES que en medio de toda esta gente que le da dos mil vueltas a ese facha recalcitrante, este, se atreva a dar lecciones, se atreva a llamar la atención por mostrar una bandera Republicana. Les dice que son invitados en el Congreso. Invitados, menudo MALNACIDO. Necesitaba don Pepe dejar claro que él es el Presi del Congreso y que la CONSTITUCIÓN DE LOS HUEVOS LA CAGO ÉL UN DÍA EN SU PUTA CASA DE ALBACETE.
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