31 ene 2011
Ecos Urbanos
30 ene 2011
Europa y la Revolución democrática arabe
En el norte de África la historia late en estos momentos con intensidad. La chispa de la inmolación del joven tunecino Mohamed Bouazizi ha prendido en el secarral de paro, autoritarismo y corrupción que se extiende desde el Atlántico al mar Rojo. Las llamas de la protesta juvenil ya han abrasado al dictador tunecino Ben Ali y chamuscan esta semana a su colega egipcio Mubarak. Decenas de miles de personas salieron ayer de nuevo a las calles de El Cairo y otras ciudades para exigir el fin de una autocracia que se prolonga desde hace tres décadas y que pretende perpetuarse desvergonzadamente en la figura de Gamal, el hijo del actual rais, del faraón Mubarak. Desde el balcón septentrional del Mediterráneo, Europa contempla este fuego liberador con estupor y aprensión. Al decir Europa me refiero a su establishment. Sin duda, somos muchos los europeos abochornados por el silencio de nuestros Gobiernos ante movimientos democráticos que podemos ver en vivo y en directo en cadenas de televisión como Al Jazeera, que podemos seguir, y compartir con sus protagonistas, en Twitter y Facebook y que solo cabe saludar con alborozo. No pocos ciudadanos de París, Londres, Berlín, Barcelona, Madrid, Lisboa o Roma compartimos incluso esa sensación que tienen tantos norteafricanos de que Europa ha terminado por convertirse en un obstáculo a la llegada de las libertades al Magreb y el valle del Nilo.
En el mejor de los casos, la política oficial europea hacia los países norteafricanos ha consistido en ofrecerles ayuda económica y acuerdos comerciales para ver si así se desarrollaban allí clases medias que permitieran algún día una mayor convergencia entre ambas riberas del Mediterráneo. En el peor, ha hecho la vista gorda ante las violaciones de los derechos humanos y las corrupciones de los regímenes con tal de que garantizaran el suministro de gas y petróleo, los que lo tienen como Libia y Argelia, y, en todos los casos, controlaran los flujos migratorios y machacaran a los islamistas. En privado, los responsables políticos europeos más honestos reconocen que las cláusulas formales vinculando ayudas y acuerdos al desarrollo de los derechos humanos en esos países nunca han sido aplicadas. Los europeos jamás se han plantado, jamás han levantado la voz ante un Ben Ali o un Mubarak, por citar solo a los autócratas protagonistas a su pesar de este mes de enero.
Por obvias, no vale la pena hablar de las contradicciones de semejante realpolitik con los principios y valores de la Europa contemporánea, la que se dice heredera de la Ilustración, la Revolución de 1789 y la reconciliación franco-alemana. Menos evidente, pero no por ello menos cierto, es el hecho de que esa actitud no es tan realista como pretende. Parte de un peligroso despropósito: el inmovilismo de los regímenes norteafricanos, su enroque en el autoritarismo y la cleptocracia, no hace sino incrementar la frustración e indignación de sus pueblos, alimentando tanto las pulsiones migratorias como el extremismo político. Pero hay más: la visión oficial europea ignora los profundos cambios registrados en el norte de África en los últimos tiempos. Para empezar, la emergencia de juventudes urbanas con estudios primarios, secundarios y hasta universitarios, y con acceso al mundo vía la televisión por satélite e Internet. Y así vemos estos días cómo en Túnez y Egipto decenas de millares de chavales reclaman que se les trate con dignidad y se les permitan las libertades básicas existentes en Europa y América. Volvieron a repetirlo ayer los manifestantes de El Cairo a cualquier periodista occidental que les ofreciera un micrófono.
Para sorpresa de muchos, los manifestantes de Túnez y Egipto no piden Gobiernos teocráticos; los temidos islamistas están inicialmente ausentes de sus protestas. Y es este otro elemento que cabría analizar a fondo: la probabilidad de que haya comenzado el reflujo de la marea islamista iniciada en los setenta y ochenta del pasado siglo con la revolución iraní del ayatolá Jomeini y el asesinato del rais egipcio Sadat. La vida es móvil, lo que sube baja, el análisis de ayer puede no servir para hoy. El temeroso pasmo europeo ante las revueltas de Túnez y Egipto contrasta con una más afinada actitud norteamericana. Obama en persona ensalzó el martes la lucha tunecina por la libertad, y, el miércoles, su Administración, pese a que Egipto es para Estados Unidos clave en la seguridad de Israel, instó a Mubarak a ser "receptivo" ante las "necesidades legítimas" de su pueblo y subrayó su apoyo a los "derechos universales de libertad de expresión, asociación y reunión".
No sería de extrañar que los jóvenes norteafricanos, como en su tiempo ocurrió en Europa del Este, terminen viendo en Estados Unidos -el de Obama y su discurso de El Cairo; no el de Bush y la guerra de Irak- un amigo democrático algo más creíble que el representado por la Vieja Europa. Al fin y al cabo, hace tiempo que Washington terminó por permitir que la democracia se desarrollara en su patio trasero latinoamericano. Los sucesos de este enero han confirmado que los jóvenes tunecinos, aunque desorganizados y carentes de un claro liderazgo, no iban a conformarse con la salida de Ben Ali y su familia. La revolución del jazmín y de la sangre ha proseguido y ha conseguido ir arrancando la amnistía, el regreso de los exiliados, la legalización de todos los partidos y la deslegitimación del régimen de Ben Ali y sus principales cabecillas. Con una actitud europea comprometida a fondo, esa que aún no hemos visto, los tunecinos bien podrían terminar convirtiendo a su pequeño país en la primera democracia norteafricana. Sería un hecho venturoso no solo para la libertad, sino también para la seguridad en toda la cuenca mediterránea.
Sumado al ya existente ejemplo de Turquía, Túnez desmontaría así el estereotipo que proclama la incompatibilidad sustancial entre lo árabe y/o el islam y la democracia, tan estúpido como el que afirmaba lo mismo a propósito de países latinos y católicos como España y Portugal. Resulta asombroso, dicho sea de paso, que algunos europeos que se dicen ilustrados compartan hoy con el mismísimo Bin Laden el dogma de esa incompatibilidad. Los egipcios lo tienen más difícil. En el seno de una población inmensa y en gran medida campesina y analfabeta, los laicos y demócratas son allí proporcionalmente más minoritarios que en Túnez. Por su parte, el régimen de Mubarak es más sólido policial y militarmente, lleva tres décadas recibiendo miles de millones de dólares anuales de ayuda norteamericana a tal efecto. Además, la realpolitik occidental, expresada en el miedo a un Gobierno de los Hermanos Musulmanes en la vecindad de Israel, juega en contra del cambio en el valle del Nilo.
No obstante, algunos elementos de las últimas horas resultan esperanzadores. En primer lugar, la incorporación a las protestas egipcias de El Baradei, el premio Nobel que no se doblegó ni ante Bush ni ante Mubarak, ofrece a los demócratas egipcios una referencia y un liderazgo del que han carecido los tunecinos. En segundo, la amplitud de las manifestaciones de ayer, viernes, confirma que los opositores egipcios a Mubarak van a por todas. Y en tercero, Obama calificó en una entrevista televisada de "legítimas" las reivindicaciones de los egipcios y advirtió a Mubarak contra el uso de la violencia para intentar ahogarlas. La afirmación crucial en la Declaración de Independencia de Estados Unidos es aquella que proclama la igualdad sustancial de todos los seres humanos y su condición de titulares de "derechos inalienables", entre ellos "la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad". A comienzos de los ochenta, desde Polonia se alzó un grito que reclamaba estos derechos y que, una década después, ya había conseguido derribar el muro de Berlín y el imperio soviético. ¿Representarán lo mismo para el norte de África estas revueltas democráticas? Mucho podría contribuir Europa a que así fuera, pero para ello tendría que operarse de cataratas.
28 ene 2011
El harén de Silvio
A través del objetivo de la cámara atisbamos un primer plano congelado de Silvio Berlusconi apoltronado tras un lustroso despacho en el palazzo de Arcore. Al fondo aparecen los anaqueles repletos con una pila de libros y una foto del Primer Ministro tomando la mano de su hijo. De la viñeta en sí misma no se destilaría nada de particular encomio, a menos que las grimosas palabras del premier italiano para tratar de lavar su imagen desteñida tras el nuevo escándalo del caso Ruby, comiencen a resonar a través de los micrófonos. Una imagen, la suya, mancillada de un probable delito de estupro, abuso del poder, corrupción e incitación a la prostitución de menores enhestado por la Audiencia General de Milán y llevadas a buen puerto gracias a la implacable fiscal Ilda Boccassini. No es de extrañar que la sonrisa postiza del Primer Ministro delate la tirante e incipiente preocupación rezagada en semejantes acusaciones que podrían dar con sus huesos en prisión. El Dragón, abriendo sus enormes fauces – según esgrimía metafóricamente su ex mujer, Veronica Lario (La Repubblica 16-01-2011)- para recibir el sacrificio de las núbiles vírgenes de alabastro acudiendo a las sobrias veladas organizadas en la villa de Arcore, se contonea incómodo en el sillón, frunce el ceño, eleva un poco el tono de voz y glosa que él nunca ha ofrecido dinero a nadie, con la descabellada intención de “frecuentar” a una donna. Semejante acusación, lejos de la realidad, carece de todo fundamento porque además de la evidente absurdidad, Silvio – dice- comparte su vida desde hace algún tiempo con una mujer “tengo una relación estable con una mujer que jamás habría permitido que se produjeran similares acontecimientos relatados en los periódicos” (La Repubblica 17-01-2011).
La sorpresa ante tan inesperada revelación levantaría pronto la veda para toda clase de quinielas amatorias. Se trataba, por encima de todo, de dar cuanto antes con la afortunada ¿Sería su ex dentista Nicole Minetti? Quizás el inexplicable aterrizaje de ésta en la Consejería Regional de Lombardía después de su primer encuentro acaecido en 2009 tras la agresión sufrida por Berlusconi, nos pusiese sobre la pista de una posible relación amorosa consumada con la fulminante ascensión de la odontóloga. Pero todo se desvanece en trasnochadas especulaciones. Tal vez nos equivoquemos por completo y no se trate sino de la dominicana Maristel Polanco, valleta y animadora televisa del programa “Colorado Café”. ¡Difícil elección! Es tan dilatado el diapasón de posibles candidatas para ocupar un puesto de honor en el tierno corazón del mandatario italiano que uno se perdería en abstrusas y confusas cábalas que no nos llevarían a ninguna parte. Tan sólo una cosa se nos aclara frente a este enrevesado proscenio: de algún modo todas ellas “las elegidas” serían agraciadas con las humildes prebendas, camelos y zalemas del Primer Ministro. Desde un brazalete de oro calafateado con un finísimo polvo de diamante hasta un trabajito sin importancia en una de las numerosas cadenas televisivas en poder de nuestro hombre.
Generoso y desprendido, no cabe duda. Benevolente, comprehensivo, solidario y siempre dispuesto a echar una mano – o las dos- cuando alguna de estas hermosas amistades, frecuentes merodeadoras de sus apacibles serate en Arcore, se encontrase en un apuro. Pero a cambio, eso sí, el sacrificio, la ofrenda sacramental al Dragón. El todopoderoso sátrapa pondría el colofón final a sus dicharacheras veladas con un picante y rumboso entretenimiento denominado, según la solaz jerga palaciega, bunga-bunga. No obstante las malas lenguas comentan que la suculenta idea le fue sugerida tras una visita de su inestimable amigote Ghadafi. Desde aquella inofensiva confesión del libanés, las acrobáticas feromonas del añoso sátrapa no dejarían de brincar y aguijonearle noche tras noche hasta saciar y hacer realidad tan almibaradas ensoñaciones orientales. Primero, aquél que antaño se vanagloriaba de su rijosa inclinación por el bello sexo distanciándola del nefando pecado homo-erótico, “mejor sería amar a las mujeres bellas que ser gay” (Le Monde 20-01-2011), se las ingeniaría para recoger a su cohorte de “hermosas amistades” en un complejo inmobiliario de Milán - construido por nuestro hombre en la década de los ochenta - con tal de evitarse la siempre ingrata tarea de estar dando tumbos de un lado a otro de Milán para arracimar y convocar en palazzo a sus desperdigadas anfitrionas. Mejor conservarlas juntitas y apiñadas, pero no revueltas.
Sin embargo, don Silvio, no se conformaría con semejantes naderías y a medida que los años le caían sobre la espalda como pesadas losas – a pesar de los innúmeros tratamientos de cirugía estética- sus insaciables “apetencias sexuales” le llevarían a maquinar la posibilidad de rebajar paulatinamente la edad de sus marmóreas vírgenes de alabastro. Sin más dilación, la responsabilidad de hallar una víctima capaz de aplacar los apetitos del libidinoso Dragón, recaería en manos de sus allegados colaboradores – o para ser más exactos, “proxenetas palaciegos”, Emilio Fede y Lele Mora- que por alguna malvenida casualidad se toparían con la principal protagonista de este nuevo entuerto italiano en una muestra o exhibición de belleza siciliana: la jovencísima Karina El-Mahroug, más conocida como Ruby, hija de emigrantes marroquíes afincados en Sicilia. De aquella primera entrevista, y una vez en Milán, la solicitada ninfa oriental no tardaría en poner los pies en una de las fiestas concertadas en el palazzo del Primer Ministro, para acabar, meses más tarde, arrestada por una patrulla de carabinieri - acusada de hurto a una compañera de oficio brasileña- y posteriormente puesta en libertada gracias a una mendaz llamada del sátrapa aduciendo que se trataba de una pariente cercana del presidente egipcio, Hosni Mubarak. Ya sabemos como se las gasta don Silvio cuando de trata de sacar de un aprieto o apuro a una de sus camaradas palaciegas. Si se hace necesario mentir, pues mintamos; si por caso nos vemos obligados a asestar una puñalada rastrera, pues….intachable pragmatismo el exhibido por don Silvio.
Parece como si lo narrado hubiera sido soplado a la prensa por el genio burlón de alguna Scherezade tratando de mantener en vilo la atención del sultán. Al menos así se deduce de sus declaraciones. Tras el escándalo revelado por los medios de comunicación, el Primer Ministro no haría sino echar más carne en el asador, logrando avivar un poco más la cólera de los italianos. Negaría cada una de las acusaciones - ¿qué cabría esperar?-, aferrándose al sobado derecho de la intimidad e incluso brindándonos con el deplorable espectáculo de un enajenado vejestorio compadeciendo telefónicamente en el programa “L’Infidele” para defender su inocencia a trochemoche por medio de una tornasolada retahíla de insultos, denuestos y exabruptos, como bien corresponde a la eminente figura de un Primer Ministro. Mas, el espectáculo circense del don Silvio no se acaba aquí. Asesorado por su gabinete de abogados éste pasaría a la carga despotricando contra los organismos de la Justicia italiana al considerarlos partidistas, movidos por intereses privados y por tanto inaceptables, “la justicia está todavía plagada de una voluntad política dirigida contra mi persona” (La Repubblica 17-01-2011).
El sátrapa mira fijamente hacia la cámara esbozando ese rictus de la media-sonrisa, de la pícara-mueca, enarca las cejas y añade que las risibles acusaciones no han hecho sino perjudicar la imagen de sus honestos huéspedes e invitados a las veladas de Arcore. Los números de la Fortuna se echan a rodar y el estudiado coup de théâtre se hace manifiesto: todo se reduce a una confabulada persecución política de la magistratura milanense con la única intención de dilapidar la imagen del caro Berlusconi. Por ello, continúa, se hace indispensable una reforma de la Justicia para acabar con similares abusos, “es absolutamente necesario abordar cuanto antes la reforma de la Justicia” (La Repubblica 17-01-2011). La mejor defensa siempre ha sido un buen ataque y para ello urge apartar de un manotazo las molestas insinuaciones de la obstinada Scherezade. Además, ya se sabe, que la historia del alguacil alguacilado es eterna y a nosotros no nos cabe sino esperar, esperar y esperar que por una vez la Justicia triunfe y Scherezade continúe deleitándonos con sus mil y una fabulaciones.
27 ene 2011
Islandia: la Revolución Silenciada
Esta es, brevemente, la historia de los hechos:
A finales de 2008, los efectos de la crisis en la economía islandesa son devastadores. En octubre se nacionaliza Landsbanki, principal banco del país. El gobierno británico congela todos los activos de su subsidiaria IceSave, con 300.000 clientes británicos y 910 millones de euros invertidos por administraciones locales y entidades públicas del Reino Unido. A Landsbanki le seguirán los otros dos bancos principales, el Kaupthing el Glitnir. Sus principales clientes están en ese país y en Holanda, clientes a los que sus estados tienen que reembolsar sus ahorros con 3.700 millones de euros de dinero público. Por entonces, el conjunto de las deudas bancarias de Islandia equivale a varias veces su PIB. Por otro lado, la moneda se desploma y la bolsa suspende su actividad tras un hundimiento del 76%. El país está en bancarrota.
El gobierno solicita oficialmente ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI), que aprueba un préstamo de 2.100 millones de dólares, completado por otros 2.500 millones de algunos países nórdicos.
Las protestas ciudadanas frente al parlamento en Reykjavik van en aumento. El 23 de enero de 2009 se convocan elecciones anticipadas y tres días después, las caceroladas ya son multitudinarias y provocan la dimisión del Primer Ministro, el conservador Geir H. Haarden, y de todo su gobierno en bloque. Es el primer gobierno (y único que yo sepa) que cae víctima de la crisis mundial.
El 25 de abril se celebran elecciones generales de las que sale un gobierno de coalición formado por la Alianza Social-demócrata y el Movimiento de Izquierda Verde, encabezado por la nueva Primera Ministra Jóhanna Sigurðardóttir.
A lo largo del 2009 continúa la pésima situación económica del país y el año cierra con una caída del PIB del 7%.
Mediante una ley ampliamente discutida en el parlamento se propone la devolución de la deuda a Gran Bretaña y Holanda mediante el pago de 3.500 millones de euros, suma que pagarán todos las familias islandesas mensualmente durante los próximos 15 años al 5,5% de interés. La gente se vuelve a echar a la calle y solicita someter la ley a referéndum. En enero de 2010 el Presidente, Ólafur Ragnar Grímsson, se niega a ratificarla y anuncia que habrá consulta popular.
En marzo se celebra el referéndum y el NO al pago de la deuda arrasa con un 93% de los votos. La revolución islandesa consigue una nueva victoria de forma pacífica.
El FMI congela las ayudas económicas a Islandia a la espera de que se resuelva la devolución de su deuda.
A todo esto, el gobierno ha iniciado una investigación para dirimir jurídicamente las responsabilidades de la crisis. Comienzan las detenciones de varios banqueros y altos ejecutivos. La Interpol dicta una orden internacional de arresto contra el ex-Presidente del Kaupthing, Sigurdur Einarsson.
En este contexto de crisis, se elige una asamblea constituyente el pasado mes de noviembre para redactar una nueva constitución que recoja las lecciones aprendidas de la crisis y que sustituya a la actual, una copia de la constitución danesa. Para ello, se recurre directamente al pueblo soberano. Se eligen 25 ciudadanos sin filiación política de los 522 que se han presentado a las candidaturas, para lo cual sólo era necesario ser mayor de edad y tener el apoyo de 30 personas. La asamblea constitucional comenzará su trabajo en febrero de 2011 y presentará un proyecto de carta magna a partir de las recomendaciones consensuadas en distintas asambleas que se celebrarán por todo el país. Deberá ser aprobada por el actual Parlamento y por el que se constituya tras las próximas elecciones legislativas.
Y para terminar, otra medida “revolucionaria” del parlamento islandés: la Iniciativa Islandesa Moderna para Medios de Comunicación (Icelandic Modern Media Initiative), un proyecto de ley que pretende crear un marco jurídico destinado a la protección de la libertad de información y de expresión. Se pretende hacer del país un refugio seguro para el periodismo de investigación y la libertad de información donde se protegan fuentes, periodistas y proveedores de Internet que alojen información periodística; el infierno para EEUU y el paraíso para Wikileaks.
Pues esta es la breve historia de la Revolución Islandesa: dimisión de todo un gobierno en bloque, nacionalización de la banca, referéndum para que el pueblo decida sobre las decisiones económicas trascendentales, encarcelación de responsables de la crisis, reescritura de la constitución por los ciudadanos y un proyecto de blindaje de la libertad de información y de expresión. ¿Se nos ha hablado de esto en los medios de comunicación europeos? ¿Se ha comentado en las repugnantes tertulias radiofónicas de politicastros de medio pelo y mercenarios de la desinformación? ¿Se han visto imágenes de los hechos por la TV? Claro que no. Debe ser que a los Estados Unidos de Europa no les parece suficientemente importante que un pueblo coja las riendas de su soberanía y plante cara al rodillo neoliberal. O quizás teman que se les caiga la cara de vergüenza al quedar una vez más en evidencia que han convertido la democracia en un sistema plutocrático donde nada ha cambiado con la crisis, excepto el inicio de un proceso de socialización de las pérdidas con recortes sociales y precarización de las condiciones laborales. Es muy probable también que piensen que todavía quede vida inteligente entre sus unidades de consumo, que tanto gustan en llamar ciudadanos, y teman un efecto contagio. Aunque lo más seguro es que esta calculada minusvaloración informativa, cuando no silencio clamoroso, se deba a todas estas causas juntas.
Algunos dirán que Islandia es una pequeña isla de tan sólo 300.000 habitantes, con un entramado político, económico y administrativo mucho menos complejo que el de un gran país europeo, en el que es más fácil organizarse y llevar a cabo este tipo de cambios. Sin embargo es un país que, aunque tienen gran independencia energética gracias a sus centrales geotérmicas, cuenta con muy pocos recursos naturales y tiene una economía vulnerable cuyas exportaciones dependen en un 40% de la pesca. También los hay que dirán que han vivido por encima de sus posibilidades endeudándose y especulando en el casino financiero como el que más, y es cierto. Igual que lo han hecho el resto de los países guiados por un sistema financiero liberalizado hasta el infinito por los mismos gobiernos irresponsables y suicidas que ahora se echan las manos a la cabeza . Yo simplemente pienso que el pueblo islandés es un pueblo culto, solidario, optimista y valiente, que ha sabido rectificar echándole dos cojones, plantándole cara al sistema y dando una lección de democracia al resto del mundo.
El país ya iniciado negociaciones para entrar en la Unión Europea. Espero, por su bien y tal y como están poniéndose las cosas en el continente con la plaga de farsantes que nos gobiernan, que el pueblo islandés complete su revolución rechazando la adhesión. Y ojalá ocurriera lo contrario, que fuera Europa la que entrase en Islandia, porque esa sí sería la verdadera Europade los pueblos.
21 ene 2011
Ecos Urbanos
18 ene 2011
A raíz del enardecido clima social vivido en la Región de Murcia desde la aprobación de la Ley de Medidas Extraordinarias el pasado 22 diciembre, se produce un hecho a todas luces deleznable como ha sido la paliza propinada al Consejero de Turismo y Cultura. Sin embargo, la actitud adoptada por algunos políticos y medios de comunicación – para mi sorpresa la edición electrónica de la Opinión titulaba un pie de foto donde aparecían varios representantes del Gobierno regional a su salida del hospital Reina Sofía con el siguiente comentario: “atentado contra el Consejero”- se hacen aún más lamentables que la propia agresión, cuando advertimos el bochornoso e interesado manejo del tan penoso incidente por parte de las camarillas de opinólogos y estadistas ibéricos. Para unos, como los dirigentes del Partido Popular, este grave episodio se engasta dentro de una evidente “persecución política” consignada en la Región de Murcia contra el PP y llevada a cabo, en gran medida, por los partidos y grupos arracimados en torno a la oposición. En tanto para otros – medios de comunicación partidistas- la agresión no responde ni más ni menos que a un manifiesto atentado contra la Libertad, con mayúscula, aherrojada en el interior del marco democrático amparado gracias a la atenta vigilancia del Estado de Derecho. De este modo, ambos estamentos se congratulan mutuamente fundiéndose en su caluroso abrazo de los principios democráticos. Regurgitan el valioso idiolecto democrático para condenar unánimemente cualesquiera episodios acontecidos fuera de las coordenadas trazadas a priori sobre aquello que conlleva la etiqueta del buen demócrata y se aseguran una respuesta contundente, dentro de lo políticamente correcto, llenándose la boca con palabrejas tan vacías de sentido y significación como Justicia, Libertad o Estado de Derecho. Pareja actitud cuadra muy bien con la inepcia exhibida por la gran mayoría de la diputambre a la hora de afrontar la bulliciosa actualidad que zarandea los cimientos de la sociedad española desde el aterrizaje forzado de la crisis económico-político-social. El politicastro de turno sólo ha de limitarse a repetir hasta la insania las abracadabrescas fórmulas democráticas, sin pararse mientes un instante a sopesar las “posibles causas” que, en realidad, se esconden tras unos acontecimientos tan fuera de lo común como la agresión a un representante del Gobierno Regional en la Región de Murcia. Al modo del ilustre escolástico convencido de la Transubstanciación del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo gracias a los ensalmos hilemorfistas de las teorías aristotélicas o de aquel bufonesco doctor en medicina, retratado por el genio de Molière en Le malade imaginaire, persuadido en la efectividad de su explicación filosófica acerca de las propiedades dormitivas del opio al consignar que éste ciertamente poseía una “virtus dormitiva” provocadora del sueño, la diputambre se conforma con enarbolar el sacrosanto vademécum democrático para dar por zanjada y concluida cualquier especulación en torno al susodicho incidente que, a su vez, se inserta dentro de un marco mucho más amplio y complejo. Un marco modificado a tenor de una creciente animadversión contra el estamento político que, en algunos casos puntuales como en Grecia e Italia, ha desembocado en sendas agresiones a los representantes de sus respectivos gobiernos. Sin esperar una respuesta de la mano de aquellos que estarían más interesados en reflexionar detenidamente sobre semejante fenómeno, intentaremos desenmarañar este raro episodio violento acaecido en la Región de Murcia con la intención de hallar la adecuada hiladura que nos oriente en este laberinto de Teseo.
Dentro de las diversas patologías violentas – violencia ante una situación adversa, peligrosa, desesperada, violencia impositiva, violencia provocada a consecuencia del odio, violencia consignada como una vía de escape, de liberación o la violencia en general, propia a la naturaleza de “lo humano” como muestran los trabajos de Konrad Lorenz- debería guardarse una especial atención a la “violencia social”. Ésta responde a una determinada sintomatología propiamente originada en el interior de una agrupación social cuando los llamados engranajes o resortes gubernamentales se muestran incapacitados para embridar o atajar un creciente descontento propagado en el seno de la población En nuestro caso la crisis económica juega también un papel manifiesto. Gracias a ésta se ha puesto en clara evidencia la gran farsa que se ocultaba tras la ampulosa fachada democrática y la obediente complacencia de políticos e instituciones ante los voraces designios del Gran Mercado Global. Este hecho ha logrado asimismo ensanchar, aún más si cabe, el descomunal abismo deslindando lo “que la política es” y lo “que debería ser” al tiempo que ha coseguido descollar una conciencia colectiva mucho más suspicaz a la hora de depositar sus aceradas esperanzas en el devenir de un Estado en pro del bienestar general si las riendas de éste continúan en manos de estos mismos dirigentes que aún no han encontrado ninguna solución efectiva para sacarnos del embrollo e, incluso, se divierten sacándose los colores unos a otros o denostándose mutuamente de infamia y prevaricación mientras el ciudadano asiste diariamente al impúdico desfile de políticos, empresarios, instituciones, jueces, abogados y consistorios salpicados por supuestos delitos de corrupción.
Cuando la clase política, puesta en el ojo del huracán, no alcanza las expectativas en ella depositada – dando la espalda al ciudadano para poner en marcha una política de decretazos encaminada a expoliar al más desfavorecido con la intención de agasajar a los todopoderosos mecenas del mercado- es normal que algunos individuos sientan un acuciante enojo porque consideran – y con razón- que sus derechos nunca prevalecerán cuando los omnipotentes soberanos del planeta financiero deciden dar un golpe de autoridad para volver a recolocar las piezas sobre el tablero democrático. Pero si además de lo ya mentado nos trasladamos a una Comunidad donde se registra la mayor tasa de paro nacional; donde recientemente se han aprobado una serie de reformas excepcionales propugnadas por el Gobierno regional para reducir el sueldo de los funcionarios – junto con la ya consabida reducción de estos mismos emolumentos a cargo del Gobierno Zapatero hace apenas un año-, aumentar el número de horas laborales y rebajar el coste de las horas extraordinarias, entonces parece como si el “atentado” contra el consejero comenzase a revestirse de un color diferente y los “ataques” a la libertad democrática aclamada desde muchos ámbitos de la opinión pública no se ajustasen exactamente a una sesgada interpretación maniquea de la realidad político-social en la Región de Murcia representada exclusivamente en términos de izquierda-derecha o democrático-antidemocrático. Cuando un rey se exime de sus responsabilidades y pone en peligro la vida de sus súbditos entonces, - afirmaba el padre jesuita Mariana- aquellos están legitimados para expulsarlo del trono. A ojos vista nosotros condenaremos todo acto de violencia para usurpar el lugar del rey, pero no echaremos en saco roto las enseñanzas del estratego jesuita. Así, traducido a los esquemas de la modernidad, la dictadura hipotecaria de los bancos, la violencia del estado ejercida a través de políticas sociales restrictivas, el aumento exponencial del paro, la congelación de los salarios y unas miserables expectativas de futuro, podemos estipular que muchos ciudadanos y familias enteras verán sus vidas amenazadas ante la efectiva falta de recursos materiales con los que abordar las imperantes necesidades del mundo moderno. La búsqueda desesperada de un empleo con la intención de rembolsar las hipotecas, evitar el embargo de los bancos o simplemente tratar de llegar a fin de mes e via dicendo nos hacen pensar que las paupérrimas condiciones de vida afectando en estos momentos a muchos individuos ponen en peligro, como suponía el padre Mariana, su propias existencias. Más aún si tenemos en cuenta que no hace tanto los llamados estados democráticos y soberanos se apresuraron a tender una mano y vaciar sus arcas para mantener a flote un sistema financiero torticero, arrogante e implacable con los más desfavorecidos.
Con lo dicho parece como si el descontento se apoderase otra vez de nosotros. Pero sigamos un poco más allá y de nuevo desviemos la mirada hacia la Región de Murcia para tratar de ahondar un poco más en los matices que revisten este contexto bajo el cual se ha producido la lamentable agresión al consejero. A todo lo antepuesto olvidábamos añadir un aspecto muy importante: la congelación indefinida de las Oposiciones en Administración, Servicios, Educación y Sanidad junto con la supresión de 200 plazas de funcionario (La Verdad 10-12-2010). Esto supone un enorme varapalo para cualquier licenciado, diplomado o particular preparando – o bien interesado en preparar- los exámenes de sus respectivas oposiciones. A tenor de la supresión millares de personas han visto inmediatamente truncadas sus esperanzas de futuro gracias a la zascandil administración de la Consejería Regional ¿Alguien podrá imaginarse la sensación de impotencia y ninguneo experimentada por miles de individuos a los que el Gobierno Regional les deniega y arruina sus carreras profesionales? ¿Es esta la laureada libertad democrática? ¿A eso se refieren políticos y medios de comunicación cuando atribuyen a este suceso el sambenito de evidente “ataque” contra el Estado de Derecho? Visto así, la libertad democrática se transforma mutatis mutandis en la amansada libertad del esclavo gozando tan sólo en sueños de este perlado privilegio y no obstante creyéndose, por esto mismo, libre. Pero el sueño nunca bastará para contentar y amilanar al esclavo porque un día éste saldrá de su onírica Arcadia para revelarse contra sus opresores.
Nuestro particular sueño dorado de nuevos ricos, nuevos libres y nuevos europeos se ha visto de repente quebrado ante los nefastos augurios aventados con la crisis económico-social. Perdida la fe del carbonero, la mansedumbre y atonía característica de la clase media española se muestran insuficientes para contener la ojeriza y descontento de algunos sectores de la población hacia los máximos representantes del estamento político. El ilusorio enriquecimiento hipotecario del español medio junto con el sorprendente – y delicado- avance y posterior derrumbe de la economía basada en el negocio fácil del ladrillo han caído como un jarro de agua fría sobre el adormecido español medio. Toda la parafernalia democrática - travestida en una cortina de humo para perpetuar la dictadura de los bancos y entidades de crédito- necesaria para garantizar un marco común de convivencia, evitando abusos e injusticias, ha exhibido su cara más horrenda y amarga. Esto nos indica que en la materialización de tan deleznable acto de violencia se conjugan algunas variables estructurales que ni políticos ni medios de comunicación han tenido en cuenta a la hora de valorar los “atentados y ataques” contra la democracia originados en la comunidad Murcia como simples altercados promovidos por individuos aislados del contexto social en el que se han originado tan lamentables incidentes. No se trata de disculpar, sino de comprehender el por qué de una acción del todo excepcional que debería ponernos alerta ante el patente cambio en el clima político tanto en la Region de Murcia como en el conjunto del territorio nacional. Antes, pues, de condenar los hechos desde la perspectiva de una “persecución política” o “ataque contra el Estado de Derecho” el estamento político debería arrancarse de una vez su hipócrita careta y entonar un solemene mea culpa, sabiendose “perscusores” indirectos de una situación social degenerando a medida que se hacían cada vez más visibles los imperdonables desfalcos y desatinos de nuestros gobernantes. La Región de Murcia necesita un cambio de aires, un lavado de cara capaz de devolverle la esperanza a una ciudadanía cuyos derechos se han visto flagrantemente pisoteados por el avieso mecenazgo político del Partido Popular. Una comunidad que no se merece soportar pasivamente el interesado manejo de unos hechos a cargo de un presidente regional inmolándose públicamente – o apareciendo en el programa televisivo El gato al agua denunciando la persecución que sufre su partido en la región de Murcia- para pedir la dimisión del delegado del gobierno y asegurarse de poner todo el “peso de la Ley” en la persecución y castigo de los cobardes agresores mientras la Comunidad de Murcia sigue sumida en un oscuro pozo cuya paredes se estrechan conforme nos hundimos un poquito más en él.
15 ene 2011
Comprar, tirar, comprar
14 ene 2011
Ecos Urbanos
11 ene 2011
Valcárcel y los designios de "lo político"
Tras la aprobación de la polémica ley de Medidas Extraordinarias culminada por el ejecutivo del presidente popular Ramón Luis Valcárcel,
Asolada por las deudas, los impagos en los ayuntamientos, el aumento exponencial del desempleo y una economía estancada, el Gobierno Regional hace asimismo oídos sordos a los reclamos procedentes de la calle asegurando que no se trata más que de medidas “coyunturales” requeridas para paliar el déficit presupuestario y mantener el bienestar social de la ciudadanía “si los ingresos han bajado y el Estado no nos permite endeudarnos,
Todo esto gracias a los tejemanejes de un gobierno imposibilitado para sacar a flote una comunidad brutalmente zarandeada tras la llegada de la “crisis”. Una región que no cuenta con el necesario parapeto de un ejecutivo responsable, organizado, eficaz y a la altura de las condiciones exigidas para retomar el rumbo de una nave a la deriva. La desastrosa e ineficiente gestión, el despilfarro, el comadreo, la farsa y la doblez…hete aquí algunos de los mayores defectos que Valcárcel – y su camarilla- tratan de ocultar, - perdiendo el tiempo en inculpar a Madrid de todos los males que aquejan a
Para aquellos que aún mantengan vivas sus esperanzas en la renovación de la sociedad desde el ámbito de lo meramente político, no tendrían más que escuchar a la ministra de Economía, Elena Salgado – y días después el mismo Zapatero- alabando y dando el aldabonazo definitivo a la puesta en marcha de las reformas emprendidas desde el gobierno regional y haciéndose, pues, de esta forma, cómplices mediatos e inmediatos, de un presidente regional vapuleando los derechos fundamentales de los trabajadores, saltándose a la torera las normas tácitas de lo políticamente correcto, del juego democrático, donde la palabra no puede convertirse en el monopolio definitivo de una sola voluntad, sino en el trueque, albedrío y consenso de los todos a favor del todo.
9 ene 2011
Ecos Urbanos
Primera edición de Ecos Urbanos de 2011, dedicada a repasar la actualidad nacional e internacional, desde las protestas por los recortes sociales en Murcia a los ecos de huelga general y de los secuestros de barcos en Somalia a las protestas sociales en Túnez y Argelia, pasando por Palestina y Costa de Marfil. También se trata de la llegada de ciudadanos saharauis a las Canarias y el desalojo violento del parque Indoamericano en Buenos Aires. Como siempre amenizado con buena música.