No se trata tan solo de la corrupción, las formas, que por otro lado no hacen más que ejemplificar e ilustrar una estructura social y una cultura política basada en el clientelismo (el enchufismo, el caciquismo, la economía sumergida y demás prácticas tan comunes y arraigadas en nuestra región). Se trata sobre todo del fondo, es decir, de qué modelo de desarrollo se está impulsando, del daño irreparable que está sufriendo (y lo que nos queda) el patrimonio natural y cultural de la región, de la apuesta decidida por el monocultivo del turismo, la creación de un mercado laboral precario y una sociedad superficial y consumista con una estructura social y política jerárquica que pretende perpetuarse en el tiempo.
Y para muestra un botón:
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