Este
ensayo aborda el análisis de un fenómeno cultural que en la cultura
evuzok
vertebra todo su universo simbólico a la vez que lo ordena. Este
fenómeno consiste en un mito fundacional de la cultura evuzok
en varios sentidos: Por un lado es una especie de génesis de su
mundo debido a que explica la existencia de los árboles y demás
vegetales, de los animales, del hombre y la mujer. También explica
la existencia de órdenes opuestos como el día y la noche, la salud
y la enfermedad...
Los
datos descriptivos de este tipo de manifestación social propio del
pueblo evuzok
que vive en el sur de Camerún, de sus agentes y de sus ritos, es
decir, el trabajo de etnografía del cual extraigo la información
para este ensayo, proviene exclusivamente de mi lectura del libro de
Lluis Mallart sobre los evuzok.
En él se narra el mito de Zamba
y Evu,
dos
seres opuestos que están detrás de la razón de ser del universo
evuzok.
En
el principio Zamba
estructura el universo y hace al hombre y la mujer.
La obra de Zamba
es evidentemente buena porque en ella hay orden y paz. Las aldeas son
espacios de organización social en los que el hombre puede vivir
cómodamente y con seguridad. Zamba
ofrece al hombre y a la mujer la oportunidad de crear una cultura
siempre y cuando obedezca a sus reglas. Por ejemplo, el rito fúnebre
de enterrar a los muertos es consecuencia de un hecho mítico en el
que durante un tiempo en el que Zamba
se ausento de Nsola,
la región de los evuzok,
una persona murió. En ese momento no existía ninguna norma
establecida que indicara como se debía actuar en el caso de una
defunción. En un primer momento la comunidad decidió dejar al
muerto en su lecho y esperar al regreso de Zamba,
sin embargo con el pasar de los días el cadáver comenzó a
desprender un hedor nauseabundo por lo que se decidió enterrarlo y
acabar así con ese problema. Finalmente cuando Zamba
regresó reprendió a sus súbditos por haber tomado iniciativa
propia sin tener conocimiento de causa y condenó a los hombres y a
las mujeres a seguir enterrando a sus muertos y a quedar con la
intrigante incógnita acerca de que cual es su sino tras la muerte.
Por consiguiente, podemos concluir que el buen obrar es aquel
conjunto de acciones que se rigen bajo los dictados que Zamba
estableció y se transmiten de generación en generación. Sus
beneficios son la paz y orden social, la salud y la buenaventura.
Por el contrario tenemos la existencia de Evu
que es un ser con forma de hombre pero que no se integra en la
sociedad, su hábitat es la inhóspita selva donde vive en soledad.
Evu vive de forma salvaje, se alimenta de forma completamente
insalubre. Ingiere carne de caza y no se cuida en cocinarla o
desechar sus desperdicios que se acumulan alrededor del gran árbol
en cuya corteza reside. Evu es un ser fuerte cuyos instintos
le permiten vivir en la opulencia de todo aquello que la selva ofrece
sin problemas, pero es incapaz de crear formas de organización
superiores que infieran a su vida belleza y dignidad.
En un principio Evu no interfería en modo alguno
con la vida de las aldeas que gozaba de una perfecta armonía. La
historia de su integración en la cultura del hombre y la mujer se
debe precisamente a una mujer que desobedeciendo las órdenes de
Zamba se adentró sola en la selva y se encontró con Evu
en su árbol morada. Evu le ofreció que se sirviera a su
gusto de cuanta carne de caza quisiera y la mujer accedió con gusto,
llegando incluso a llevar parte de ella a su aldea y compartirla con
su vecindario sin decir nada acerca de su procedencia. La mujer
continuó acudiendo a sus citas con Evu y de un modo piadoso
le sugirió que la acompañara a la aldea para vivir en orden y
dignidad. Evu le dijo que no podía caminar y que la única
forma de ir sería dentro de su seno.
Este fue el modo en que Evu se arribó al mundo
humano e introdujo las penurias entre las que podemos destacar el
hecho de morir que si bien Zamba determinó tras su ausencia
que habría que enterrar a los muertos, Evu es la causa
genealógica. Zamba y Evu son dos conceptos opuestos
que se situarían en la parte más alta del sistema cultural evuzok
atendiendo a una taxonomía que fuera de lo más concreto a lo más
abstracto. Una de las principales características de la cultura
evuzok enmarcada dentro de lo que Lévi-Strauss llamó
pensamiento salvaje
y lo diferencia del pensamiento propio de nuestra gran
civilización técnico-científica, estriba en que los elementos de
su universo cultural se clasifican en categorías que no son
equiparables a las nuestras. Por ejemplo, el arte de curar o medicina
reviste elementos rituales que una mente occidental encuadraría en
la esfera de lo onírico, a la vez que también contempla como causas
de la enfermedad fenómenos de carácter social como riñas y
disputas con paisanos.
El mundo de Zamba y el mundo de Evu son
dos categorías universales que podemos encontrar en cualquier
cultura. Esto encaja perfectamente con la hipótesis de la unidad
psíquica de la humanidad. El hecho de que fuera una mujer quien
introduce a Evu en el mundo de los humanos nos recuerda al mito del
destierro del paraíso de la religión judeo-cristiana. Evu no es
sólo símbolo de la muerte y los males sino que a la vez es una vía
de acceso al conocimiento tal y como lo es el símbolo de la
serpiente en la cultura antes mencionada, también es símbolo de la
gula pues siempre comía carne y no gustaba de comidas vegetarianas.
Cuando Evu llegó a la aldea en el seno de la mujer consumió
toda la carne que allí había mientras seguía demandando aún más.
Cuando la mujer no pudo satisfacerle tuvo que entregarle a su hijo
apareciendo así la muerte tal y como hemos mencionado más arriba.
El abstenerse de comer carne de caza es propio de Zamba del
mismo modo que el abstenerse de comer carne en cuaresma es propio de
piedad al dios judeo-cristiano.
Si descendemos en esta ficticia escala clasificatoria,
puesto que esto no es más que un utillaje creado por la etnografía
para poder expresarse; podemos llegar al nivel de los hombres, de las
mujeres y de los vegetales. Los animales y las plantas poseen una
categoría distinta en lengua evuzok
que los diferencia ontológicamente. Definiendo esta diferencia en
oposición a nuestra cultura, podemos decir que las ciencias de la
biología, la anatomía y la genética por citar unos ejemplos, no
dirían que las plantas son diferentes a los animales sino por su
genoma, su composición celular y en un nivel macro por las
estructuras de sus cuerpos. En lo concerniente a los animales las
diferencias son mucho más estrechas y ya Aristóteles definió al
hombre como animal racional, por lo que de nuevo estos tres
reinos entran en las categorías ónticas de seres vivos, los dos
últimos en animales, etc.
Ahora bien, dentro del universo simbólico evuzok,
existen categorías lingüísticas distintas para los vegetales y
animales, para las mujeres y para los hombres. Por consiguiente la
categoría ontológica ser humano no es un símbolo que tenga ningún
equivalente en la cultura evuzok. Tal y como afirma Lluis
Mallart “ (los evuzok) para definir al hombre, toman en
consideración dos cosas: el carácter específico de su sexualidad y
su identidad social”.
Por consiguiente en la simbología evuzok no se establece
relación entre animalidad, razón y hombre.
La identidad sexual y social de los hombres es estable,
en cambio la de las mujeres es cambiante tanto por su posición de
novicia, madre y su posición después de la menopausia, tanto por el
hecho de que la sociedad evuzok es exogámica y patrilineal,
lo cual viene a traducirse en que el hombre vive toda su vida dentro
del la etnia y el clan en el que nació, y la mujer, en cambio, muda
esta posición en el momento de su casamiento cuando pasa a formar
parte de la etnia y el clan del marido. Finalmente, en lo que
concierne a los animales y plantas, la oposición macho-hembra se da
debido a su evidente función reproductora, pero esta oposición al
no tener ninguna consecuencia social no es un hecho simbólico que se
pueda comparar en absoluto con el del hombre y la mujer.
Continuando con el análisis simbólico del hombre y la
mujer evuzok, constatamos que en la esfera de los ritos es el
hombre quien tiene potestad para ordenarlos y dirigirlos. La mujer
fue quien introdujo las artes y saberes de Evu, pero al mismo
tiempo sus capacidades de acceder a semejantes poderes son
infértiles. Un ejemplo de este hecho nos es narrado por Lluis
Mallart al hablar de una mujer viuda “reputada por su saber
médico y de la cual se decía que poseía el poder de <>
lo que sucedía en el mundo nocturno de los brujos sin acceder
él”.
Según este relato parece que a esta mujer se le concedía una
especie de licencia simbólica debido a sus capacidades, pero sin
llegar a otorgarle la categoría de miembro real de la comunidad de
la magia y la brujería. En efecto, son solamente los hombres quienes
pueden acceder a tan especial distinción dentro de la sociedad
evuzok.
Los hombres por su nacimiento pueden pertenecer a tres
categorías en lo que respecta a la magia y la brujería. El honor
más alto es concedido a aquellos que poseen conocimientos del otro
lado de la realidad pero sin llegar a ser brujos, mientras que entre
estas categorías opuestas se encuentran aquellos hombres que no
poseen poderes psíquicos y gnoseológicos significativos o
destacables. Este primer poder emana de Zamba y la sabiduría
de sus portadores es una autoridad legítima para todo miembro de la
sociedad. Estos hombres son llamados mmimie que viene a
significar algo así como <>. Los mmimie dirigen los ritos sociales que
se llevan a cabo a plena luz del día y cuyos efectos son tan
beneficiosos como lo pueden ser sus profecías. Estos hombres suelen
adquirir grandes conocimientos acerca del arte de sanar. De este modo
se convierten también en ngengang, es decir, curanderos
capaces de sanar mediante la combinación de plantas medicinales y
ritos. La sanación física va acompañada de una especie de
depuración de maldiciones provocadas por brujerías lo cual otorga
un estado de equilibrio y protección a sus pacientes.
Hay que hacer notar que la simbología que emana de las
figuras de los mmimie y los ngengang fue vista
por los agentes de los comandos de colonos, ya desde un
principio, como elementos opositores al poder que ellos iban a
ejercer sobre esas tierras y sus gentes. Por consiguiente gran parte
de la labor de estos comandos de misioneros cristianos fue perorar y
luchar activamente contra estas figuras con el objeto de relegarlas
de su alto estatus. De este modo se llegaron a suprimir ritos tales
como el del melan en el cual estos hombres se iniciaban como
mmimie y en el cual a través de los efectos narcóticos de
una raíz llamada alan,
los nuevos mmimie adquirían los conocimientos de los
antepasados acerca del orden del universo y los modos de organización
social que se remontan a Zamba. Esto fue visto por los
alemanes y franceses que ocuparon aquellas tierras como un rito
mediante el cual, además de consumir drogas, se publicitaban en
estas sociedades ideas místicas acerca de falsos dioses y falsas
religiones.
No obstante, la realidad es bien distinta puesto que en
el idioma ewondo de los evuzok, no existe un concepto
que pueda ser traducido por religión y el aludido conocimiento
acerca de los antepasados si bien tiene un punto de partida en Zamba
que habría sido un ser creador, no poseen una significación
simbólica mística. Estos conocimientos serían más parecidos a los
griegos de la antigüedad referían con los αρχάι
φυσικέ, es
decir, aquellos principios que la naturaleza revela a la cognición
humana a partir de una experiencia directa y desnuda, carente de
tecnología y todo el utillaje conceptual de las ciencias modernas.
Por último tenemos
el poder de los brujos que emana de Evu
y cuya práctica está asociada al mundo de la noche, los brebajes y
pociones propios de un arte fugitivo y que pueden llegar a ser
clasificados como totalmente perjudiciales para la sociedad. Existen
distintos tipos de Evu
y no todos tienen que ser dañinos para la sociedad, algunos de estos
poderes pueden ser utilizados con fines positivos. Existe un rito
entre los evuzok
por el cual se puede identificar si un bebé con pocas semanas de
vida es portador de Evu.
El hecho de que así sea no implica directamente que ese individuo
sea repudiado puesto que dependerá de su carácter adulto si se
previene de desarrollarlo y utilizarlo. Además los actos dañinos
que pueden cometer los brujos poseedores de Evu
se realizan virtualmente durante la noche, son completamente furtivos
por lo que no es fácil agraviar a un hombre a la luz del día a no
ser que existan pruebas más que fehacientes de sus fechorías. Los
actos delictivos son atribuidos a un desdoblamiento del cuerpo
durante la noche y se efectúan de una forma puramente simbólica.
Tras la llegada de
los colonos y la introducción paulatina del cristianismo en esta
cultura, las autoridades mmimie
y ngengang
van desapareciendo
poco a poco. No obstante observamos como se constituyen en esos
eslabones generacionales que mediante estructuras simbólicas
mantienen vivos los conocimientos sin los cuales su pueblo podría
progresar, especialmente en estos casos que se caracterizan por no
poseer forma alguna de escritura. Además los rituales tienen un
importante papel cohesionador de la sociedad. Los mmimie
y los ngengang
son autoridades en los momentos dedicados al ritual. Si un ritual
tiene como protagonista a un miembro de un clan en especial, sus
varones toman parte activa en su preparación, desarrollo y desenlace
por lo que la comunicación entre unidades clánicas queda asegurada
del mismo modo que la kula
comunicaba a los pueblos de la melanesia del sur. Todos los miembros
de la comarca acuden al lugar del rito y allí conviven durante un
espacio de tiempo que en principio no está predeterminado.
Por otra parte, las
autoridades de los ritos no son equivalentes a las autoridades
sociales puesto que el hecho de ser mmimie o ngengang no está
relacionado con el de poseer más tierras y que estas sean más
fértiles.
Además
los evuzok aceptaron el cristianismo porque sus ritos y los
sacerdotes misioneros eran vistos como elementos culturales paralelos
que no amenazaban sus formas de organización social. Hemos dicho que
en los evuzok no tienen un término lingüístico que podamos
traducir por religión. Sus artes mágicas están destinadas a
solventar problemas que requieren acciones y fuerzas de la tierra,
enfermedades, infortunio en las cosechas, etc. Tal y como dice
Malinowski,
sus problemas no eran atribuidos a fuerzas tan omnipotentes que sólo
el culto a un dios podría salvarles gracias a que éste se apiadase
de ellos. Por ello pertenecen al ámbito de la magia y no al de la
religión, las fuerzas que se invocan aquí son fuerzas de la
naturaleza, no trascienden a este mundo.